Es un deporte extremo y de alto riesgo ya que alcanza velocidades que llegan a los 100 kilómetros por hora en el descenso. Consiste en deslizarse acostado en un carro bastante pequeño, de unos dos metros de largo y alrededor de medio metro de ancho, mientras que el único empuje es la gravedad. La velocidad puede ser controlada con la posición del cuerpo y se puede frenar con los pies. Puede realizarse sobre asfalto, pero también existe un estilo de Luge sobre nieve.
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